Paladea el instante
¿Cuantas veces nos planteamos ser felices? Cuántas veces nos preguntamos ¿si, soy feliz? Cuántas veces preguntamos a otros ¿si son felices?
¿Cuantas veces nos planteamos ser felices? Cuántas veces nos preguntamos ¿si, soy feliz? Cuántas veces preguntamos a otros ¿si son felices?
¿Cuantas veces nos planteamos ser felices?. Cuántas veces nos preguntamos ¿si, soy feliz?. Cuántas veces preguntamos a otros ¿si son felices?.
Mi padre, un “hombre de campo” me dijo antes de morir que tenía que aprender la última asignatura de mi vida, y yo le pregunté, ¿cuál es?, él me contestó que aunque aprenda mucho coaching, Inteligencia Emocional u otras disciplinas, la última asignatura en la vida que aprenderé será a “morir”. Reflexionando esta última frase, le volví a preguntar ¿qué es eso de aprender a morir?, el me contestó, aprender a morir es aprender a vivir.
Siguiendo este sinfín de preguntas y reflexiones, le volví a preguntar horas antes de su muerte, ¿qué es para ti aprender a vivir?, él me contestó que para aprender a vivir, son necesarios dos puntos , como dos manos necesita el ser humano para realizar cosas , dos piernas para andar y dos hemisferios para pensar y reflexionar. Esos dos puntos son los siguientes:
Después de estas dos reflexiones, le pregunté que si él lo había logrado. Me respondió que había alcanzado una seguridad interna en su vida personal y campestre y que había amado a las personas e incluso a su campo , los pájaros… Que se había sentido libre en una profesión que siempre le gustó, que desarrolló y que disfrutó para luego construir una familia y dejar un legado de tres hijos que a su vez sean una solución social y no un problema social. Cerrando los ojos nos dimos mutuamente las gracias por todo aquello que me dejo y aprendí de él...
Del prólogo de Javier Mañero (Director Escuela de Inteligencia)?