Una revolución es a la vez una ruptura y una propuesta, una destrucción y una obra, un punto final y un nuevo camino.
Una revolución exige que rompas con algunos de tus hábitos, que te deshagas de algunos de tus pensamientos, que destruyas muchas de tus convicciones, que destroces tus limitaciones.
Una revolución entraña la visión de un soñador, la pasión de un enamorado, el coraje del intrépido, la inteligencia del arquitecto...